lunes, 15 de octubre de 2012

¿Sí muerdes?

Mi comida favorita son las hamburguesas. Carne jugosa cocinada a término medio casi sin condimentos, delicioso. No, momento... en realidad es la comida thailandesa con sus especias tan singulares y ese toque de picante que como ecuatoriano y ajicero nunca puede faltar. Podría ser la comida italiana considerando que aparte de las pizzas son los creadores de los gnocchis... mmm, gnocchis. Sin embargo, nunca he comido tanto en mi vida como cuando he comido en una parrilla argentina. Una vez hice cálculos y comí la cantidad de carne lo saludablemente recomendable para 3 semanas en una sola visita.

Claramente no escogí la categoría idónea para empezar este texto. No importa, por cuestiones de necesidad voy a decir que mi comida favorita son las hamburguesas. Hamburguesero de verdad.

En mi calidad de hamburguesero de verdad y fanático número uno de esta deliciosa comida, es mi deber ir solamente a restaurantes donde sirvan hamburguesas. Eso es solo el principio. Mi gusto me dicta que debo comer hamburguesas en el desayuno, sin poderlas acompañar con huevos o cereal o ningún otro tipo de comida que otros acostumbran comer en la mañana, eso es estúpido.

Comeré hamburguesas en el almuerzo también. No se debe comer sopa antes de una hamburguesa, tampoco se debe comer postre después de una hamburguesa, es la verdad histórica. De hecho, si nos remitimos a los hamburgueseros de los 80, que eran los verdaderos hamburgueseros, se van a dar cuenta que las hamburguesas de esos tiempos, eran la única comida que valía la pena comer y representaba a nuestro tipo de gente.

Finalmente, comeré hamburguesas para cenar y como snacks durante el día. Nada de mini-hamburguesas, esas huevadas new age lo único que hacen es dañar la historia de la mejor comida del mundo.

Ahora que lo pienso, todas las personas que no hacen exactamente lo mismo que yo están equivocadas. No solo eso, están tan equivocadas que me da rabia. Me da tanta rabia que les estoy empezando a odiar. Ya les odio. Les odio demasiado. Qué imbéciles que son! No solo son imbéciles, sino patéticos, perdedores, ilusos y buenos para nada.

Si veo a uno de esos en la calle y estoy con mis amigos hamburgueseros, de ley no vamos a poder aguantar nuestro odio y vamos a tener que caerle a patadas. Es la única solución lógica para hacer que se den cuenta del camino erróneo que han decidido tomar en sus vidas.

Es increíble pero mi compromiso con las hamburguesas va más allá de lo explicable. Me tatué una "juicy lucy" en toda la espalda. Si no saben qué es, suicídense.

Además de mi tatuaje, ahora cada vez que veo otro tipo de comida me da asco, me dan ganas de vomitar, no me aguanto ver esas porquerías que otra gente come y me causa pena pensar que la mayoría de gente del mundo lo hace. De lo que se pierden los zombis programados a hacer lo que les dicen. Ja.

Ok, lo acepto. Todo lo que escribí en los últimos siete párrafos suena realmente estúpido y totalmente ridículo. Ya no voy a escribir sobre ser hamburguesero, mejor lo voy a ser sobre ser rockero, mejor metalero, pega más con reggaetonero, hip hopero, salsero, cumbiero, punkero, popero, silvio rodriguezero, sevillanero, bluesero o justin biebero. Cualquiera, me da lo mismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario