miércoles, 20 de marzo de 2013

Brindo por eso.

En la clásica "última chequeada" del news feed de mi Facebook, me topé con una noticia que cautivó mi atención por un par de minutos. Se hablaba de un Top Ten de países donde es mejor beber alcohol.

http://cnnespanol.cnn.com/2013/03/17/los-10-mejores-paises-para-beber-alcohol/

En este entretenido artículo, se realiza un paseo por el mundo, nombrando a los países escogidos, las razones del por qué fue escogido y una pequeña descripción de las bebidas más populares del mismo. Un giro interesantemente positivo a un tema generalmente polémico. Bien.

Cuando regresé a mi Facebook, me percaté que la persona que compartió este post estaba sumamente orgullosa del mismo, como si Ecuador habría ganado alguna especie de premio, habría batido un récord imposible o habría descubierto algún tipo de cura para una enfermedad mortal.

Cinco minutos después me di cuenta que seguía pensando en lo ridículo y triste que resulta esto y en los cientos de oportunidades en los que me he encontrado como testigo de una situación similar. Para poder graficar esto de mejor manera se me ocurrió un ejercicio interesante:

El alcohol es una droga. Una droga legal, sí. Pero droga en fin. Si reemplazamos las palabras comunmente utilizadas para hacer referencia al consumo de la misma con otras que describan de mejor manera el efecto que tiene en nuestro cuerpo, obtenemos un resultado que pienso podría ser menos alentador. Arranquemos:

¡Qué semana tan brutal! Con el Juancho hemos pasado drogados desde el Jueves.
Ya viene mi cumpleaños, ahí si toca empezar a drogarse desde el lunes.
Ayer nos drogamos con 6 botellas cada uno.
¿A quién me "agarré" ayer? Estaba tan drogado que no me acuerdo de nada.

No hay nada como drogarse con los panas.
Yo empecé a drogarme a los 15 años.
Ese Juano es un animal, nos quedamos drogándonos hasta las 12 del otro día.
En la fiesta de ayer todo el mundo era drogadazo, estuvo del putas.

No avanzo un fútbol ahorita, sigo drogado. Jaja

De ninguna manera es mi intención santificarme ante esta práctica, yo también me "drogo" con alcohol de vez en cuando  y he abusado del consumo del mismo mucho más de una vez. El punto es ganar un poco de perspectiva ante la realidad que vivimos hoy en día. Somos parte de una sociedad dependiente del alcohol al punto de enorgullecerse del altísimo consumo del mismo. Estoy seguro de que si analizamos el por qué de esta afirmación, nos daremos cuenta que no es porque hay demasiado que festejar.

Para poner un ejemplo más fácil de identificar,  veamos a nuestro círculo de amigos y familiares, contemos cuántos de ellos han tenido problemas con su familia, con sus novias/os, con la policía o con su trabajo por causa de un par de borracheras y les aseguro que el número es sorprendente.

Ojalá algún día podamos dejar atrás ese espejismo de éxito que significa el ser "tragazo" y construyamos una identidad individual que no dependa de una droga social. Como sociedad, hartémonos de vernos como estrellas solamente cuando el mundo está distorsionado, basta de depender de una droga para ser alguien.

Brindo por eso.